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El amor del Padre


“Porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. Entonces comenzó la fiesta.” ‭‭Lucas‬ ‭15:24‬ ‭NTV‬‬

Conocemos la parábola del hijo pródigo. Una historia compartida por Jesús para ejemplificar cómo es el amor del Padre hacia nosotros. Dios recibe al pecador no importa cuán crítica sea su condición, o qué tan pecaminosa sea o haya sido su vida, Dios muestra su amor de tal manera, que todo aquel que le invoca de manera sincera y arrepentida obtiene su salvación de forma instantánea. Esta parábola representa a la persona que teniéndolo todo, que teniendo la oportunidad de tenerlo todo; un día toma una mala decisión. Elige irse lejos de su padre, vivir una vida desenfrenada y malgastarla juntamente con todos sus bienes y en toda clase de malas compañías. Y sin duda alguna con la firme idea de no regresar jamás a casa, porque exigió su parte de la herencia. Todos alguna vez hemos decidido actuar de acuerdo a lo que el mundo ofrece, despreciando lo que Dios nos ofrece. Cuántas personas hoy en día les encontramos sufriendo y lamentando las consecuencias de aquella mala decisión que un día tomaron, y aun así, siguen rebelándose en contra de Dios sin querer humillarse y buscarle. Un día, ese hijo reflexionó sobre lo bajo que había caído y, asumiendo su derrota, decidió volver a la casa de su padre, ya no como hijo, sino en calidad de jornalero. Viene entonces el arrepentimiento y el reconocimiento de lo mal que hemos actuado. Vemos en este pasaje a un Padre que no solo perdona a su hijo, sino que hace una fiesta por su regreso. Lamentablemente vemos también a un hermano mayor más deseoso de castigo al malhechor que lleno de misericordia. Finalmente, creo que lo importante de la parábola no es solo contemplar sobre lo bueno que es el Padre, sino invitarnos a ser y actuar precisamente como ese Padre y no como aquel hermano mayor. Tengamos nuestro corazón lleno de misericordia y simplemente alegrémonos del pecador que se arrepiente y del hermano que vuelve al redil. Súmate a la fiesta que el Padre ha preparado, no te quedes fuera. Dios te bendice. Oscar Orozco


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