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Puedes dominarlo


Gen 4:7 Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo.»

Las últimas palabras entre Dios y Caín, antes de que éste matara a su hermano Abel. En el corazón de Caín ya se había anidado la envidia en contra de su hermano, llegando finalmente a quitarle la vida. El consejo del Señor fue claro hacia Caín “esta envidia y rabia que sientes, si quieres, puedes controlarla y no ella a ti”. Finalmente Caín se dejó controlar y cedió ante sus pasiones. Nosotros estamos en un estado similar a Caín. Cada uno de nosotros estamos en una constante lucha en nuestro interior, donde día a día tenemos que decidir si nos vamos a dejar dominar por nuestras pasiones o vamos a someterlas al señorío de Jesucristo. Dios mismo te dice “tú puedes dominarlo” Y, ¿cómo podemos hacerlo? Sencillo. Cuando vamos a los pies de Jesús y reconocemos nuestra debilidad delante de él, él se hace fuerte en nosotros. Él viene, nos fortalece y nos da lo necesario para poder lograr vencer el pecado en nosotros. Como diría el apóstol Pablo en su carta a los romanos: Rom 6:14 El pecado ya no es más su amo, porque ustedes ya no viven bajo las exigencias de la ley. En cambio, viven en la libertad de la gracia de Dios. Detente un momento, reflexiona y date cuenta que sí puedes dominarlo. El pecado no es más grande que la gracia de Jesús, no es más fuerte. Las tinieblas no pudieron contener la luz de Jesús y su luz resplandece disipando la oscuridad en nuestra vida.

Dios te bendiga y te conceda la capacidad de hallar ese dominio

Mauricio Parada


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