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Dios de Milagros


Marcos 16:17-18 17 Y estas señales acompañarán a los que han creído: en mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; 18 tomarán serpientes en las manos, y aunque beban algo mortífero, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos, y se pondrán bien. Qué hermoso culto, qué sorprendente ve que Dios se mueve en medio de nosotros y que su palabra nos permite creer y lograr que se manifieste la gloria de Dios. Si nos pregunta ¿qué Dios tenemos? Deberíamos responder que tenemos un Dios que aun hoy hace milagros. Los milagros se suceden a cada momento y en cada instante, ¿cómo es que ocurren y que provoca que se puedan dar? La respuesta es sencilla, es la misma que permitió los milagros en los tiempos del antiguo testamento y cuando Jesús vino a la tierra. En primer lugar tiene que haber fe, el gran problema hoy es que la gente no tiene fe o cree tener fe. Pero hay que tener fe en Dios. Algunos creen más en la oración que en Dios que la puede responder. Muchas veces he oído a gente decir que se tiene que hacer una gran cadena de oración para que se produzca un milagro, mientras más gente participe, mejor. Pero eso no es lo que yo creo que produce el milagro, no se necesitan muchas personas que oren, sino más bien como oran y más importante aún a quien le oran. Aunque resulte curioso lo segundo que requiere que exista es la oración. Pero algunos piensan que la oración debe ocurrir en el momento que se está pidiendo por las personas. Yo creo más bien que la verdadera oración es la que se hace en privado, todos los días, es aquella oración que clama diciendo vénganos tu reino, hágase tu voluntad. Sin embargo, algunos prefieren la oraciones vistosas delante del enfermo. Pero eso no provocará necesariamente el milagro. Cuando Jesús estuvo delante de la tumba de Lázaro, simplemente le llamo, cuando venía a alguien enfermo echaba fuera la enfermedad. Por lo tanto, si la oración a Dios es importante siempre y cuando se haga en la presencia del Señor, en el aposento cerrado, clamando y pidiendo por las necesidades. Que Dios se compadezca de los enfermos y necesitados, para que la luz de Cristo les resplandezca y tenga fe para recibir los milagros. Ahora ¿qué más se requiere? Autoridad espiritual, pero como se logra eso, como podemos tener dicha autoridad espiritual. De donde procede la autoridad del policía. Imagina delante de un policía parado en medio de la calle en una esquina y de frente un camión. Solo basta que el policía levante su mano para que ese camión y todos los vehículos detrás detengan su marcha sin dudarlo. El policia en si mismo no tiene nada, eso debo entender, pero recibe las ordenes de sus superiores cada día que le dicen lo que tiene que hacer y el sin dudar va y lo hace. Así mismo cada mañana y durante el día debemos recibir las instrucciones de quien tiene la autoridad espiritual, esto claramente el Espíritu Santo. Entonces la clave es la obediencia al Espíritu Santo y no actuar por nuestras emociones impulsos o deseos. De ese modo cada día no solo veremos milagros, sino que esos milagros nos acompañaran y seguirá todos los días. Que tengas una semana bendecida, en la autoridad de Cristo, llena de milagros.


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