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"Perro Muerto"


"Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa. Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?" 2 Samuel 9:7-8

El que respondió era Mefi-boset... hijo de Jonatán, quien había quedado inválido apenas era un bebé al caer de los brazos de su nodriza. Ser inválido en esa época era sinónimo de ser inútil en todos los sentidos.

Ser inválido, abandonado, violentado, haber sido alcohólico o drogadicto... tal vez haber sufrido una separación, una decepción, haber perdido a alguien, una tragedia de tal magnitud que nos miramos al espejo con un velo con tintes de odio, amargura y menosprecio a mí misma y a los demás.

Cuando esta amargura del pasado nos retiene como cadenas a nuestro pies...estamos frenando la bendición de Dios en nuestras vidas.

Así, con los ojos de la amargura... siempre tendré um concepto pobre de mí misma "perro muerto" lo llama el hijo de Jonatán... y me recuerda una historia de un pueblo envenenado por el agua que bebían... no sabían por qué se moría la gente... de dónde venía el veneno... pues, al recorrer el río de donde bebían agua... encontraron un perro muerto. Llevaba tanto tiempo sobre el agua... que la contaminaba con su descomposición y todo aquel que tomaba de esa agua moría envenenado al cabo de unos días.

Así, tu desgracia que no ha sido rendida a los pies del Señor, es fuente que contamina a ti, tu familia y amigos.

Si te sientes así... indigno, con un trauma del pasado, atrapado por el odio y la rabia... te invito a que te arrepientas con todo tu corazón, que le entregues tu pasado a Jesús... para que seas LIBRE y DIGNA hija (o) de Dios; un corazón arrepentido es transformado por la Gracia de Dios.


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