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Recibí la salvación ¿pero no se qué hacer ahora?


Recibir la salvación es el suceso más importante de la vida, sólo se puede comparar con el nacimiento y la muerte. Todo lo demás carece de mucho sentido. Porque la vida es pasajera, no es más que una transición a nuestra morada definitiva. En otras palabras si no tomamos la salvación de nuestras almas en serio, lo que ocurrirá después tiene un final que ninguno espera. Entonces cuando recibimos la salvación pareciera que ya no tenemos nada que hacer en la tierra. Pareciera que el siguiente paso es irnos al cielo directamente. Pero sin embargo, nuestra vida sigue.

Existen dos motivos por los cuales debemos seguir en la tierra con nuestras vidas. La primera razón es que debemos predicar a aquellos que todavía no han conocido al Señor. Es cierto, el testimonio de mi cambio es la herramienta más poderosa para hacer cambiar a otro pecador como yo. Muchos van decir de nosotros, quiero eso que logró cambiar a mi amigo y mi amiga. Muchas veces nuestras vidas son tan ajenas a Dios que el hecho de nuestra conversión puede llevar a una conmoción nacional. ¿Qué maravilloso es Dios? Un ejemplo de esta verdad es la vida de un hombre llamado Saulo, yo no conozco ningún hombre que haya compartido tantas veces su conversión a Jesús. Saulo le habló a reyes y gobernantes acerca de como fue que él se hizo cristiano. Es increíble lo que este hombre hizo. Tenía tal poder en sus palabras que fue el fundador de la mayoría de las iglesias de su mundo. Comenzó hablando de Dios en Antioquía y terminó en Roma. Alrededor de tres viajes misioneros y un cuarto viaje que realizó prisionero de soldados romanos. En el último de estos viaje se registra que el hablaba acerca de su conversión.

La otra razón es un poco más difícil de entender, basado en mi experiencia personal que Dios seguirá tratando con mi carácter para enfrentar la vida que tengo que vivir en la eternidad. Yo creo que ninguno de nosotros no está preparado para enfrentar su primer encuentro con el creador. El hombre que pensó que si podía era Job. Pero aun él vivió una gran prueba que le permitió conocer a Dios en una forma más cercana a como sería verlo en el cielo. Es cierto, es algo que por decir lo menos será traumático, no porque allá sea todo malo y terrible. Sino por el hecho que yo soy un ser corrompido por el pecado que me voy a sentir totalmente sucio ante la inmaculada presencia de Dios. Como podría un vil pecador, entrar en la presencia de Dios, quizás hasta usted mismo no me esté entendiendo en este momento. Pero la verdad es que no podríamos hacerlo tan fácil y livianamente. La mayoría de los testimonios de los hombres que dijeron que vieron a Dios, dijeron que sentían que no podían seguir viviendo. Todo lo que dice el cine y las experiencias o teofanías que la gente común expresa, puede ser algo que represente a Dios o quizás sea Jesús más precisamente. Pero ver a Dios cara a cara es otra cosa muy diferente. Pienso que de acuerdo a eso para eso nos quedamos, para vivir un tiempo de santificación. El Señor al momento que nos salva nos regenera, nos justifica y limpia todo nuestros pecados. Pero la mente necesita ser libre completamente de la esclavitud del pecado y requiere por cierto experimentar la santidad gradual que significa vivir en este mundo siguiendo a Cristo por la fe. Ahora debemos reconocer que el proceso no es total hasta la misma muerte. Ahí se completará la transformación final de nuestras vidas a la medida de Cristo Jesús.

Que debo hacer ahora? Es una pregunta difícil, porque puedo caer en la simplificación que caemos al decir: Ora, Lee la Biblia y Congrégate y eso basta. Yo diría que eso está perfecto. Pero, cuando digo ora, quiero decir aprende a orar. Descubre lo que significa comunicarte con tu creador. Cuando digo lee la Biblia, digo aprende todo lo que la Palabra de Dios revela acerca de Dios y sus planes para los hombres. En realidad la Biblia se puede abordar desde muchas maneras correctas o no. Pero la principal es entender que es el mejor lugar para saber como es Dios. El problema es que no vas a encontrar una definición. Sino que con el ejercicio de la lectura, estudio, incluso la memorización comenzará a aparecer ante tus ojos la realidad de la divinidad expresada de una forma impresionante que provocará los mayores cambios de tu vida. Entenderás porque decimos que ella es la Palabra de Dios y como esa palabra tiene un poder que cambia todo dentro y fuera de ti. Luego cuando decimos que debes congregarte, estamos diciendo que es mucho más que ir a una iglesia para orar y leer la biblia, porque te aseguro que es uno de los pocos lugares donde se hace. Pero es mucho más que eso, Al congregarte te haces parte de una comunicad de creyentes, te guste o no, tan o más difíciles que tú mismo. Estos "hermanos" serán para ti una fuente de gozo y compañerismo sin igual y el instrumento que usará Dios para moldear tu carácter. Te aseguro que al congregarte, tendrás muchas veces darte cuenta que seguir a Cristo es un desafío para valientes. Es en la comunión de los hijos de Dios que descubrirás lo que realmente es amar y ser amado. También aprenderás a amar aunque no seas amado. Los hermanos son un instrumento de precisión milimétrica que usa Dios para pulir el diamante que es tu alma para llegar a la máxima expresión de la belleza que Dios concede a sus hijos. Pero pulir es muchas veces doloroso, pero su resultado es la suma del gozo espiritual. Eso debes hacer, no es tan fácil, pero no hay ningún otro camino, por lo menos yo no lo conozco ni lo recomiendo.


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