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Descansa y agradece


Luego dijo Jesús a sus discípulos: ―Por eso les digo: No se preocupen por su vida , qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán. La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa. Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás? »Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe! Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse. El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan. Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les serán añadidas. Lucas 12:22‭-‬31

Con mi esposa tenemos una gatita que se llama Venus. Ella tiene dos características que quiero compartir con ustedes. Por un lado, a Venus nunca la he visto preocupada cuando se acaba su comida. Ella simplemente esperará que su comida esté en su plato todos los días, o si no maullará hasta que mi esposa o yo, se la demos. Ella confía que siempre tendrá su alimento en su plato. Por otro lado, Venus es una mal agradecida. Nunca he visto una actitud de agradecimiento de parte de ella, por todo lo que le damos. Simplemente siento que dice: es tu obligación alimentarme.

En nuestra vida como cristianos muchas veces tenemos lo contrario a la primera característica de esta gatita. Vivimos preocupados en que comeremos, en nuestra vestimenta, en nuestro trabajo, entre otras cosas. Dios nos dice: busca mi presencia, y todo lo otro será añadido. Dios está ahí, como padre amoroso, y nunca nos desemparará. No nos afanemos, y vivamos cada día.

Por otro lado, sin dejar de ver el ejemplo de la gatita, a veces somos mal agradecidos. Le damos gracias a Dios solamente por las cosas grandes que hace por nosotros, pero las más pequeñas, al parecer son tan insignificante, que las pasamos por alto. No seamos como las personas que no han conocido la gracia de Dios, viviendo como si no existiera un proveedor de todo. Seamos conscientes que todo proviene de Dios.

Ahora, no solamente agradezcamos a Dios, si no que a nuestras familias, sea esposo, esposa, hijos, padres, madres, hermanos, etc.¿Cuándo fue última vez que le diste las gracias a tu esposa o esposo por lo que cocinó?¿Le das gracias a tus padres por lavar tu ropa, o tener todos los días un plato de comida? Pongamos en práctica esto: agradecer por lo menos por una cosa diaria.

En resumen, pongamos nuestra esperanza en Dios, que Él será nuestro proveedor, y demos las gracias cada día a Dios por todo lo que nos da, y a las personas que cada día son parte de nuestra vida, haciendo cosas o dándonos servicios necesarios para vivir.

Dios te bendiga en este día.

Boris Torres


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