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Ríos de Agua Viva …”Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agu


¿Por qué tenemos sed? Es una buena pregunta. Lo cierto es que nuestro organismo requiere agua para seguir existiendo. Se dice que el cuerpo está compuesto por 70% de agua. Cuando nuestro sistema sanguíneo detecta que ha bajado la presión en las arterias, se manda a una señal al cerebro y ¡¡wow!!, tenemos sed. Esta señal se intensifica a medida que sigue la abstinencia de agua. La sed también regula la cantidad de sales que hay en el cuerpo y por lo tanto necesitamos subir los niveles de agua pronto. Lo que ha llamado la atención de los científicos y la mía por supuesto, es ¿por qué al momento de tomar el primer vaso de agua, comenzamos inmediatamente a sentir una sensación de saciedad, Siendo que el mecanismo de regulación va a demorar un poco más para llegar a nuestra sangre? El estímulo de saciedad ocurre en el cerebro. Lo mismo pasa cuando comemos algo salado. Nuestra mente recibe la señal de que ingiramos algo salado y comencemos a buscar la bebida porque nos da sed. Jesús explicó a una mujer hace mucho tiempo que la necesidad del agua, también sirve para explicar otra necesidad tanto o más importante para la vida. Me refiero a la necesidad espiritual. Nuestro cuerpo funciona como un acumulador de líquido, de modo que requiere un tiempo para que el agua se gaste, a través del sudor, la orina y otras formas menos importantes. De ese modo nosotros en forma automática vamos por agua cuando nuestro estanque (el cuerpo) quedó corto de agua. En lo espiritual también esto creemos que funciona así. Pensamos que cuando vamos a la iglesia nos llenamos una especie de estanque espiritual, para que con el uso se vaya acabando. Pero eso no es así en realidad. El agua del Espíritu no es algo que se gaste, sino que fluye en nuestro interior en forma permanente. No es agua, sino es una fuente de agua. Por eso Jesús dijo que el agua que yo les daré, provocará que no tengan sed jamás. No todos tienen esta fuente de agua viva, de hecho la mujer no la tenía, sino Jesús no se la tendría que ofrecer. De ese modo, así como ella tenía que recorrer muchos kilómetros cada día para buscar agua, de igual forma tenía que ir a un monte para buscar de Dios. En otras palabras, físicamente estaba bien, pero espiritualmente estaba seca. Porque la necesidad del Espíritu es continua, cada día necesitamos a lo menos, lo ideal es que sea una fuente permanente. Debemos entender que nosotros tenemos muchas veces este problema. Que no tenemos la fuente de agua viva en nosotros o que aunque la tenemos no sabemos beber de ella. Algunas veces las personas dejan de sentir sed, por diferentes motivos o enfermedades, esto acarrea muchos problemas físicos. Pero nos acostumbramos a beber muy poca agua, muchas veces estamos con el mínimo y eso tarde o temprano nos pasará la cuenta. Considere que una persona tiene que tomar como dos litros de agua por día. Ahora, hablemos de su vida espiritual, ¿cómo está su ser interior?, ¿goza de buena salud, bebiendo esa fuente de agua viva?¿o tiene que una o dos veces por semana ir a buscar agua por la sed?. Quizás es de esas personas que ya no siente sed y se ha conformado con lo mínimo de agua para sobrevivir, me refiero a lo espiritual. Pero no ha entendido que su vida no tiene plenitud y eso se nota mucho. Somos invitados entonces a recibir el agua de una fuente que ya no estará fuera de nosotros sino dentro es un rio de agua viva, que sacia toda nuestra necesidad espiritual. ¿Qué tal si en este momento le dices al Señor: dame de beber de esta agua, para que ya no tenga que ir por ella cada domingo. Sino que vaya a la iglesia a adorarte, escuchar tu palabra y gozarme de tu presencia? La falta de agua espiritual en tu vida quita toda gana de buscar y adorar a Dios, que finalmente es la razón de la búsqueda espiritual. Llena tu vida de su espíritu y comienza una vida abundante.


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