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Independencia


Pero la serpiente le dijo a la mujer: ―¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal. La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió. Luego le dio a su esposo, y también él comió. Génesis 3:4‭-‬6

Muchas veces vivimos auto-engañados: creemos que podemos ser libres lejos de Dios. Vivimos y nos comportamos como si Dios no existiera. Lo irónico está en que a medida que más libertad e independencia de Dios deseamos, es cuanto más esclavos nos volvemos. Cuando intentamos ser independientes, es que transformamos nuestro entorno en un caos. Intentamos ser dueños de nuestra vida, y en el recorrido a esta meta, intentaremos convertirnos en los dueños y dioses de nuestro prójimo.

Entonces, ¿qué salida tenemos? Cuando hace algunos años empecé a estudiar más profundamente las Escrituras, hubo una doctrina que no me quedaba muy clara: Jesús fue 100% Dios y 100% hombre. No lo entendía por 2 razones. Por un lado, desde la matemática, si tienes 100% de algo, ese algo no puede tener más de un 100%. Después entendí que hablaba desde el punto de vista de la naturaleza del Señor y no de un “llenar algo”.

Pero eso me llevó a la siguiente razón de que no entendiera, si Jesús era 100% humano, ¿cómo puede ser sin pecado?Miraba mi entorno, y veía que algo que nos caracteriza como humanos, es el pecado. Con el tiempo pude entender algo que me impactó: cuando somos dependientes 100% de Dios, es cuando somos realmente humanos. Lejos de Dios, no podemos ser plenamente humanos. Siempre seremos incompletos, viviremos en soledad. Nunca amaremos de verdad, pues cuando amamos a Dios, recién ahí podemos amar a nuestro prójimo. Es en Dios en que seremos verdaderamente libres.

Amigo y hermano, en esta hora te animo a poner toda tu vida en Dios. Y digo toda. No solamente la parte que tú quieras. A veces queremos que Dios cambie y trate en ciertas partes. Pero Él no quiere solamente ciertas flores de nuestra vida, ¡Él quiere todo nuestro jardín! Te pido que ores y te presentes a Dios preguntando qué es lo que aún no le has entregado, y en lo que todavía quieres tener el control.

Dios te cuide en este día.

Boris Torres


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