Vida completa, no a medias

En cuantas cosas hemos buscado el sentido en esta vida, fallamos rotundamente. Es interesante que gente que lo tiene todo, aun así termina en malas prácticas, drogas, matrimonios destruidos, familias irremediablemente separadas, soledad que incluso puede llevar a desear morir. Parecemos muertos caminando por la calle, con una rutina y sin un sentido ni un norte claro, atados de manos y de pies, además de tener ojos vendados que no nos dejan ver más allá de una muerte insegura y sin sentido.

43 Dicho esto -Jesús-, gritó con todas sus fuerzas: ―¡Lázaro, sal fuera! 44 El muerto salió, con vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario. ―Quítenle las vendas y dejen que se vaya —les dijo Jesús.

Le devolvió la vida a Lázaro. Él escuchó su voz desde el sepulcro y salió al encuentro con Jesús. Pero no solo le devolvió la vida. También sacó las ataduras que no lo dejaban ver ni permitían que se moviera libremente. Figurativamente nos parecemos a Lázaro: muertos en todo sentido. Pero hay un hombre que da vida y no sólo eso, ya que no hace las cosas a medias, sino que retira todo lo que no nos deja ver y destruye toda atadura que no permita movernos libremente. Este hombre está dispuesto a hacer lo mismo por ti y por mí.

Felipe Parada