top of page

Vista completa

Dar gracias

No se inquieten por nada; más bien, en toda

ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6‭-‬7

La vida del cristiano es un continuo esperar en Dios. Estamos en un proceso constante de aprendizaje. En ocasiones, pasamos por pruebas que no entendemos, pero hemos entendido que el Señor nos cuidará y junto con la prueba, nos dará la salida. Ahora, lo que quiero que reflexionemos es: ¿cómo esperas en el desierto? Existen por lo menos 3 reacciones de esperar. Una de estas reacciones es pasiva, y las otras dos, activas.

La primera que quiero abordar, es la reacción indiferente. Existen personas que pocas cosas les conmueven. Por alguna razón, su pasar por esta vida es no preocuparse por nada. Son personas que solamente aceptan lo que les pasa, sin cambiar su estado de ánimo. No obstante, todos tenemos un talón de Aquiles: en algún momento algo les conmueve, y es donde entramos a las reacciones activas.

La primera de las reacciones activas que quiero mencionar, es la de queja. ¿Se ha fijado que muchas veces somos expertos reclamando? Somos como esos bebés, que sienten una mínima molestia, y lloran y gritan. Algo nos falta, y reclamamos. Si no nos gusta la música que tocaron en la iglesia, reclamamos; si no entendí la predicación, reclamamos; si el pastor, líder, hermano, no me saludó, reclamamos. Y nuestro continuo reclamo, no solamente contra personas; también reclamamos contra Dios.

Si Dios no nos da el sueldo o trabajo que necesitamos, reclamamos. Si mi hijo está enfermo, reclamamos. Si tengo problemas en el trabajo, escuela, colegio, reclamamos. Entendemos que estas situaciones son preocupantes y nos afectan, pero hermanos, nuestra vida no debe ser un continuo quejar frente a Dios. Solamente veamos lo que le pasó al pueblo de Israel por reclamar. Ir de Egipto a la Tierra Prometida tomaba días en llegar (Google Maps me indica que toma 7 días), pero producto del continuo reclamo, tuvo que morir toda una generación en 40 años, para que la nueva generación pudiera tomar esa tierra.

Ahora, quisiera abordar la tercera reacción que podemos elegir: agradecer a Dios. Amigos y hermanos, que nuestra vida sea un continuo agradecer. Demos gracias a Dios por nuestros trabajos, pero también por nuestros momentos de cesantía. Demos gracias, por la salud, pero también por la enfermedad. Es interesante que el apóstol Pablo nos dice: no se inquieten por nada [...] Y la paz que sobrepasa todo entendimiento cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. La paz vi en luego de pedir y agradecer a Dios. Y no es cualquier paz; es una paz que no se puede entender ni explicar. (Es interesante notar que Pablo estaba preso al momento de escribir Filipenses. Ver Filipenses 1 para mayor información)

Agradezcamos a Dios cuando pasemos por el desierto, y tengamos la confianza que nos dará paz.

Dios te bendiga en este día.

Boris Torres


bottom of page