¿Te doy una mano?

Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado. Ayúdense unos a

otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. Gálatas 6:1‭-‬2

Algo que amo de la Escrituras, es lo normal de sus personajes. Hay algunos héroes, pero no son personas perfectas. Podría hablarte de los discípulos, David, Moisés, Pablo, etc. Todos ellos no fueron gente perfecta, y aun aún así fueron usadas por Dios.

Ahora, mi pregunta que nace de ver la imperfección de estos personajes bíblicos es ¿qué esperamos como comunidad de nuestros miembros? Tal vez alguno esperará perfección. Pastores y líderes que no se equivoquen; familias modelos; hijos perfectos. Pero, ¿hay amor en tener esas expectativas?

Cuando leo la Biblia, y en especial este texto, el llamado es no exigir perfección de nuestra comunidad, si no que es entender de que todos estamos en un proceso de crecimiento en Cristo. Esto nos lleva a que, con humildad y paciencia, restauremos al hermano que cae, pues a cualquiera nos puede pasar. (Acá no quiero profundizar en los que deliberadamente pecan. Acá hablo de los que quieren seguir a Cristo y aun aún así en ocasiones caen).

Por otro lado, tengamos cuidado de pensar de nosotros más alto de lo que en realidad somos. Ninguno de nosotros ha llegado a la perfección en Cristo. ¡Nadie! Entonces, nuestra actitud debe ser siempre de humildad, nunca asumiendo que mi servicio o comportamiento me da una posición privilegiada delante de Dios. Todos somos hijos preciados en Cristo. Cuando pensamos que somos "buenos" por cosas que hacemos, invalidamos el sacrificio de Cristo (recuerda que Dios no vino por los sanos , vino por los enfermos.)

Herman@s en Cristo, los animo a apoyarnos unos a otros; a restaurarnos con humildad; a amarnos a pesar de las imperfecciones. Estamos todos en el mismo camino.

Dios te cuide y bendiga en Cristo.