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No estoy seguro si soy realmente salvo


La mayoría de las personas no están segura de muchas cosas. Yo no estoy seguro de lo que comí antes de la semana pasada, mejor dicho no lo recuerdo. Eso es absolutamente normal. Yo estoy seguro que nací, porque claro estoy viviendo ahora mismo. En realidad estoy totalmente seguro de todo lo que recuerdo del pasado, porque han quedado grabados en mi memoria y aunque mi memoria no es perfecta, es lo que yo creo que pasó finalmente. Hay otras cosas que nunca me he cuestionado que son seguras para mi, por ejemplo, si mis padres son realmente mis padres, siempre los vi conmigo, desde que tengo uso de razón. Sin embargo, lo que me ha dado la mayor seguridad ha sido que ellos han dicho este muchacho es nuestro hijo. Por lo tanto, toda mi confianza de ser un hijo legítimo radica en las palabras de mis padres. Pero para salir de la duda también existe la opción de ir al registro civil y pedir un certificado de nacimiento, el cual asegurará que somos hijos legítimos de fulano y fulana. Por último, están las pruebas de ADN para saber si es hijo o no. Pero yo creo que casi nadie hace una cosas semejante y debe ser muy complicado llegar a este extremo.

Pero a que viene todo esto, básicamente porque la Biblia asocia la salvación al hecho de que Dios nos vuelve sus hijos. Juan 1:12 lo dice: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; No faltará alguno que no cree en eso, pero en cosas de creer, algunos aunque vayan al registro civil y vean su nombre seguirán con sus dudas de sus verdaderos padres. La Biblia es el registro oficial del cielo. En ella se especifica claramente como una persona es salva o no, por lo tanto podemos ir a ella y probar la validez de nuestra salvación y salir de la duda. Pero si te fijas más en detalle, la calidad de hijos de Dios se condiciona a dos hechos concretos. El primero es que "le recibieron", que significa eso. El verbo de Dios, la segunda persona de la divinidad se encarnó en Jesucristo y él nos invita a recibirle. Imagina esto, que tienes un pariente muy lejano que no conocías y te envía una carta diciendo, soy una persona muy importante en mi país y antes de morir quiero visitar a todos mis parientes . Resulta que quiere visitarte, además que todos los que le reconocen como pariente heredaran todas sus riquezas. Puedes tomar esta noticia de muchas maneras, la primera es que no le creas y le mandes a la punta del cerro. La otra opción es que si lo consideres y le pidas más información, para poder corroborar si es verdad lo que te dice y la tercera es que lo aceptes de una y le "recibas" como tu pariente, sin pensar mucho en los beneficios. Bueno esa es la idea de recibir a Jesús, me refiero que debes recibirlo en la forma como él se declara quien es, el dijo que es el Hijo de Dios y que vino al mundo a morir por tus pecados, y te pregunta si quieres recibirle. Si tu le recibes eres salvo y te vuelves un hijo de Dios. Lo segundo es que "creas en su nombre" y es básicamente una reiteración y aclaración de en que términos le reciben. Algunos lo aceptan como un gran profeta, otros como un maestro iluminado, otros ni siquiera lo reciben, dudan y no reciben esta verdad. Pero aquí tienes la gran prueba de si eres salvo, en cuanto crees que lo que hizo Jesús te da la salvación.

Otra forma de comprobarlo es que es saber como respondes a las siguientes preguntas: "Si en este momento te mueres, a dónde te vas? Al morir irás a reunirte con Jesús. Piénsalo por un momento, cuando llegues al cielo te van a recibir con los brazos abiertos o te van a cerrar la puerta en tus narices. Es fuerte, pero creo que la respuesta es de vital importancia y nos permite sentir la seguridad de la salvación. Si respondes que no estás seguro, el problema es que que cuando evaluamos esta pregunta, estamos normalmente pensando que los que se portan bien pueden entar al cielo y los que no se irán a otra parte. Por lo que comenzamos a sacar cuenta de lo bueno y lo malo que hemos hecho. Entonces, te pasa que es muy complejo cotejar lo bueno y lo malo, porque no tenemos ninguna medida de comparación, siempre en el mundo encontrarás gente más buena o más mala que nosotros. Entonces en esa duda, no sentimos la seguridad, porque claramente sabemos que hemos hecho cosas malas también. Pero si nos comparamos con Jesús podemos ver que el nunca hizo nada malo, pero el no fue llevado al cielo cuando el murió, fue llevado a donde están todos los muertos. Entonces alguien salió corriendo del Cielo diciendo, se está cometiendo un error este no ha hecho nada malo, debemos sacarlo de acá, y así fue, por eso resucitó. Jesús es la medida con la cual se mide la entrada al cielo. Por lo tanto, los únicos que pueden llegar al cielo son aquellos que no tienen ninguna falta como Jesús. En otras palabras, el problema no es tu saldo a favor o en contra, el problema es que hemos cometido pecado y eso merece un castigo ejemplar que será no entrar al cielo. Si una persona fue toda una vida y sólo por una vez mató a otra, no podemos sacar cuentas y ver si lo bueno que hizo compensó lo malo. Afortunadamente, Jesús también vino a pagar por todos nuestros pecados, Dios ha pagado toda nuestra deuda. Eso es!! Jesús fue el sacrificio perfecto para pagar por mis pecados. El fue el único que no tiene saldo en contra, y todo lo que hizo trae un saldo a favor que permite pagar por nuestros pecados.

Aquí y ahora debes tomar la salvación para tu alma y reconocer que Jesús pagó por tus pecados en la cruz y reconocer que has sido perdonado y ya no tienes deuda. Esa es la verdad más grande de la Biblia. Como no tienes deuda, podrás entrar al cielo, ya no depende que tan bueno o tan malo hallas sido, ya no se mide en tus méritos, sino en los méritos de Cristo.

Algunas personas siguen dudando porque se hacen la siguiente pregunta: ¿Qué pasa si cometo pecado después de recibir mi salvación? ¿Adquiero una nueva deuda y ya no hay perdón para mi? La respuesta es un categórico No. Es cierto que Dios nos llama a que hagamos un sincero esfuerzo por vivir una vida que le agrade. Debemos recordar que Jesús perdonó a todos los pecadores, pero también les decía: No peques más. En el fondo, somos llamados a vivir una vida sin pecado, que se logra siguiendo los pasos de Jesús en la tierra, por eso el también a todos les dice sígueme. Entonces cada falta o pecado se entiende como una caída, un desvío del camino, si sigues ese desvío seguro te perderás y perderás tu salvación, pero puedes elegir regresar, volver al camino, enderezar tu senda, y correr hasta quedar exactamente detrás de Jesús, y no perder ninguna de sus pisadas, será así que seguramente llegarás al cielo, porque los pasos de Jesús van solo en esa dirección.

Si te vuelvo a preguntar si te mueres hoy donde te irás, al cielo o al infierno. Si me respondes que no vas a ir al cielo te invito a hacer una oración que te ayudará a "recibir" y "seguir" a Jesús confesando su Nombre, para que el te convierta en un hijo de Dios y puedas llegar al cielo.

Por favor repite conmigo: "Señor Jesús ahora entiendo que tu has venido a salvarme, perdonando todos mis pecados. Creo que pagaste en la cruz con tu muerte por todos mis pecados. Te recibo como mi Señor y Salvador y creo que resucitaste la tercer día para ascender al cielo. Te doy gracias por el don de la vida eterna que disfrutaré contigo y pido que tu Espíritu Santo habite en mi corazón y me guíe hasta el día de tu venida. Amén"


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