top of page

Vista completa

Soltando piedras




Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado. Gálatas 6:1

En algunas ocasiones, nos hemos vuelto expertos en lanzamiento de piedras. Vemos algún error o falla que ha cometido alguien, y le lanzamos una piedra. Como alguna vez escuché a un predicador decir cargamos una mochila de piedras.

Cuando vemos la escena de la mujer sorprendida en adulterio, vemos como Jesús no negó el pecado que ella había cometido, pero no la condenó. Ni yo te condeno, palabras que hasta el día de hoy nos levantan cuando hemos caído. Pero, si vemos esa actitud en nuestro Maestro, ¿por qué somos los primeros en juzgar?¿somos los primeros en lanzar la piedra?

El texto en el libro a los Gálatas dice “[...] si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. [...]”. Acá nos llama a levantar al caído, a sostenerla dice en unos versos más adelante. Pero hay algo clave: la actitud debe ser la correcta. La humildad debe estar en nuestras palabras de aliento.

¿Por qué es importante la humildad? El tener esta actitud, es reconocer que lo que nosotros tenemos no es nuestro sino que proviene de Dios. La salvación no es nuestra, al contrario, hemos sido salvos en Cristo. Y si todo proviene de Cristo, ¿de qué podemos jactarnos?

Hermanos, el llamado es a amarnos unos a otros y a corregir con humildad y amor. En cualquier momento podríamos caer nosotros, y que hermosa confianza en poder contar con una Iglesia que nos restaura y levanta. Además, en esto reconocerá el mundo que somos sus discípulos en que nos amamos unos a otros. Y si ya hemos corregido a alguien sin humildad, acércate y pide perdón. Eso romperá cadenas y eventualmente restaurará la confianza.

¡Ten un buen día!


bottom of page