top of page

Vista completa

"Solo su gracia"


Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2 Corintios 12:9

Muchas veces, cuando nos acercamos inicialmente a Dios, nos acercamos queriendo demostrar que podemos ser buenos. Si antes era normal mentir, ahora no mentimos; si antes engañábamos, ya no engañamos. Pero, a medida que pasa el tiempo, nos damos cuenta que hay cosas que, si inicialmente no nos costaban, ahora es muy difícil cumplir. Nos encontramos de frente con nuestra incapacidad de poder “agradar a Dios”, pues si bien, “hemos pasado de muerte a vida”, aun estamos en proceso de crecimiento. Allí podemos seguir dos caminos: alejarnos de Dios, o reconocer nuestra ineptitud en hacer lo bueno por sí solos, y entregarnos completamente en las manos de Dios.

Cuando vemos al apóstol Pablo esperando que Dios le quitara eso que lo debilita, aquello que le enrrostra su humanidad, Dios, inesperadamente le dice: es allí donde me perfecciono. Es allí donde mengua tu “YO” y crece mi vida en Ti. Debemos entregar a Dios lo malo y bueno de nuestra vida, puesto que todo nuestro ser debe ser cambiado.

Entonces, el llamado es a presentar a Dios nuestro ser por completo, con lo pobres que somos, pues ni nuestras obras de bondad son algo ante Dios. Pero tenemos una gran esperanza, al mostrarnos pobres, el Señor nos dice: ”A los hambrientos colmó de bienes, [...]” Lucas 1:53.

“Señor preferimos presentarnos delante de ti con las manos vacías, y ser llenados completamente de ti. Eso es lo que necesitamos”

bottom of page