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Entrégale tú corazón

  • Robinson Rioseco
  • 11 ene 2017
  • 1 Min. de lectura

Jehová guarda a los sencillos; Estaba yo postrado, y me salvó. Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, Porque Jehová te ha hecho bien.

Salmos 116:6‭-‬7

David, el Salmista, el hombre conforme al corazón de Dios, un hombre común y corriente, como tú y como yo. Un hombre que sabía reconocer de donde venía su socorro, su consuelo, su seguridad. Lo que lo hace especial a los ojos de Dios, no era su condición de pastor de ovejas cuando lo llama. Tampoco su condición de Rey ya avanzado en edad. Definitivamente lo que cautiva a Dios respecto al hombre y la mujer, es un corazón sencillo y humilde; un corazón que sabe reconocer su necesidad de Él; un corazón que se abre y se dispone a ser receptor de su amor y favor. Él guarda a los sencillos, los Salva, da reposo al corazón necesitado, nos hace bien. Dios te bendice hoy. Él quiere compartir favor y gracia a tu vida, en las circunstancias que te encuentras. Él y nadie más que Él puede traer Paz a tu corazón. ¿Cuál es el requisito? ¿cuál la condición? Solo un corazón sencillo y humilde que busque de Él y aprenda a confiar a descansar en su voluntad y propósito para nuestra vida. ¡Dios te bendiga y ten un excelente día!

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