Paz en la tormenta
"En su angustia clamaron al Señor, y Él los sacó de su aflicción. Cambió la tempestad en suave brisa: se sosegaron las olas del mar. Ante esa calma se alegraron, y Dios los llevó al puerto anhelado." Salmos 107:28-30
Tempestad, sinónimo de problemas dificultades, angustias, temores, incertidumbre. Muchas veces nos podemos ver enfrentados a situaciones que nos provocan estos sentimientos y nos hacen daño nos inquietan y atormentan, pero el Salmista nos da la clave para salir prontamente de este estado. ¡Clamar!, clamar al Señor es la respuesta. Buscar en Él la dirección, el camino a seguir. Esperar y descansar en el Señor. Él traerá quietud a nuestro espíritu y corazón y esto nos dará una certeza profunda, pues no estamos solos, si no que Dios es con nosotros. Él calma la tempestad pero no solo eso. Él trae gozo a nuestra vida y nos encamina a puerto seguro. ¡Dios te bendice! Clama y déjate por guiar por Él