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¿Como están las murallas de tu corazón?


Proverbios 25:28 "Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda."

El dominio propio es un fruto del Espíritu. A veces uno lo ve como una capacidad que algunos desarrollan más que otros, pero la Biblia nos enseña que es algo que Dios puede producir por su Espíritu Santo. Cuando hablamos de los frutos somos llamados a cultivarlo y permitir que crezca en nosotros. Nosotros no tenemos en forma natural el dominio de nuestro carácter, pero sí podemos colaborar con Dios, rindiéndonos a su voluntad en vez de darle cabida a nuestros propios deseos. En proverbios nos revela cuán vulnerable somos cuando nos dejamos llevar por nuestras pasiones y deseos pecaminosos; nos quedamos sin protección, como una ciudad que no tiene muros. El dominio propio es no dejar que otro te domine, cuando viene la seducción o el enojo. Cuando respondes, has perdido, pero si te mantienes firmes y no dejas que otros te manipulen seguro habrás ganado la batalla. Recuerdo que de niños forzaban una pelea entre los compañeros del curso. Los chicos intentaban provocar a los niños que estaban a punto de pelearse, provocándolos con palabras que ellos ni si quiera decían. Pero uno prendía y se armaba la pelea. Así el diablo quiere provocar nuestras emociones para que vayan sin control y tomar ventaja de nosotros. La sabiduría para este día es ¿Quien tomará el control de tus emociones este día tú o el Espíritu Santo? ¿Como están las murallas de tu corazón?

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